jueves, 11 de junio de 2015

“Esta tarde, coincidiendo con unas breves vacaciones, he pasado un buen rato en la Nada”

“Esta tarde, coincidiendo con unas breves vacaciones, he pasado un buen rato en la Nada”

Entrevista a Enrique Vila-Matas 

Lo más curioso que podemos afirmar, entre otras muchas cosas, de Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948), es que fue inquilino de la gran Marguerite Duras, allá por aquel mágico mayo del 68, y que publicó su primer libro, La asesina ilustrada, en 1977, y desde entonces no ha dejado de escribir. Su literatura, calificada de fragmentaria e irónica, se diluye entre los límites de la ficción y de la realidad. Con la publicación de su Historia abreviada de la literatura portátil (1985) comenzó a ser reconocido y admirado en el ámbito internacional, especialmente en los países latinoamericanos, aunque sobre todo en Francia y en Portugal. Sus últimos libros son Aire de Dylan (2012) y Kassel no invita a la lógica (2014). La editorial Seix-Barral reedita ahora, Bartleby y compañía, en su 15º aniversario y añade un apéndice, “La pregunta de Florencia”; y por otro lado, la madrileña Nórdica, el cuento El día señalado, ilustrado por Anuska Allepuz, uno de los relatos incluidos en Exploradores del abismo (Anagrama, 2007).

La reedición de dos textos suyos en un breve espacio de tiempo, ¿Significa que sus textos mejoran con el paso del tiempo?

En los últimos cinco años se han reeditado unos quince títulos, repartidos entre Seix Barral, Nórdica, Penguin Random House y Galaxia Gutenberg. Los hechos hablan por sí solos. Pero no creo que hayan mejorado esos textos con el paso del tiempo; son los mismos, sólo que siempre ha habido escritores que no se sabe si por culpa de los límites de su editor o por los planteamientos literarios que pone en liza el autor, tardan más en ser comprendidos, en definitiva en ser leídos.

¿Sigue usted sintiendo esa cierta atracción por la Nada?

Esta tarde, coincidiendo con el comienzo de unas breves vacaciones, he pasado un buen rato en la Nada. La mente casi vacía y la voluntad férrea, por mi parte, de estar una hora fuera del tiempo. Y lo he logrado, no he conseguido -tal como deseaba- confirmar nada, ni siquiera que el viento es el viento.

Los bartleby son ya legión, ¿ha superado usted ya ese miedo al silencio?

Seguramente sí, esta misma tarde, ¿no?

En el apéndice a Bartleby y compañía (Seix-Barral, 2015) escribe usted sobre el gran libro que todos llevamos dentro, ¿ha emergido ya el suyo y podemos ponerle nombre?

Ya digo en ese epílogo que una noche pasó por mí un soplo repentino que apenas capté, pero que me hizo percibir, por breves instantes, una obra maestra que no sé quien la escribía, pero mejoraba todo lo publicado hasta entonces en el mundo. Vi con tanta claridad, aunque con brevedad extrema, ese gran libro que llevamos todos dentro que hasta me quedé asustado.

El cuento “El día señalado” (Nórdica, 2015) forma parte deExploradores del abismo (2007) un auténtico experimento narrativo, ¿sigue teniendo ese texto la misma fuerza años después?

Exploradores del abismo es un libro cuya estructura está íntimamente ligada a un libro muy anterior mío, Una casa para siempre, todavía casi por descubrir. Yo creo que la fuerza de Exploradores del abismo ya estaba en ese libro que le digo, libro de relatos y novela a la vez, una novela sumamente sutil.

Esta niña-protagonista de “El día señalado” se enfrenta a un futuro condicionado por diversas circunstancias que condicionan su vida futura, ¿eso es algo que forma parte de nuestra propia identidad?

En mis días de infancia hizo mucho frío en Barcelona un 2 y 3 de febrero de un año que no recuerdo cuál fue, pero el caso es que  desde entonces tengo mucho respeto por esas dos fechas.

Isabella solo acepta su destino cuando vence la sinrazón de su propio miedo, ¿es así?

No estoy seguro. El final es muy abierto. Estuve tentado de concretarlo más en la versión de Nórdica, pero al final opté por dejarlo como estaba, porque da mucho más miedo así.

¿Cómo ha sido la relación de su prosa con la ilustradora Anuska Allepuz?

Muy estimulante. Pero no conozco a Anuska. La eligieron con acierto en Alfaguara para “Niña” y en Nórdica optaron por la misma ilustradora.

Su anterior relato ilustrado, “Niña” (2013) era una invitación infantil a descubrir el mundo de las letras, o tal vez, ¿el auténtico mundo de la fantasía?

Sólo quise contar algo que de improviso recordó mi padre acerca de un malentendido de sus días de infancia, allá en 1924.

En el caso de “El día señalado”, ¿podríamos recomendar, igualmente, su lectura a cualquier niño/a curioso/a de nuestra sociedad tan inmersa en lo audiovisual?

No estoy seguro. No me veo para nada como un escritor para niños. Quizás es porque los niños, cuando me ven, siempre lloran.

Y una última pregunta, ¿sigue usted dominando la vida ajena de sus personajes?

Ya no. Ahora me viene a la memoria siempre un dicho jasídico: “Aquel que cree que puede prescindir de los otros, se engaña. Y aquel que cree que lo otros pueden estar sin él, se engaña todavía más”.


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